Marco Tulio Cicerón, en latín Marcus
Tullius Cicero (pronunciado (Arpino, 3 de enero de 106 a. C. - Formia, 7 de
diciembre de 43 a. C.) fue un jurista, político, filósofo, escritor y orador
romano. Es considerado uno de los más grandes retóricos y estilistas de la
prosa en latín de la República romana.
Reconocido universalmente como uno de los más
importantes autores de la historia romana, es responsable de la introducción de
las más célebres escuelas filosóficas helenas en la intelectualidad
republicana, así como de la creación de un vocabulario filosófico en latín.
Gran orador y reputado abogado, Cicerón centró- mayormente- su atención en su
carrera política. Hoy en día es recordado por sus escritos de carácter
humanista, filosófico y político. Sus cartas, la mayoría enviadas a Ático,
alcanzaron un enorme reconocimiento en la literatura europea por la
introducción de un depurado estilo epistolar. Cornelio Nepote destacó la
riqueza ornamental de estas cartas, escritas «acerca de las inclinaciones de
los líderes, los vicios de los comandantes y las revoluciones estatales»,
que transportaban al lector a esa época.
La
lectura de De Republica nos va a permitir conocer de primera mano el
pensamiento político de Cicerón como autor representativo del último período de
la República romana
CONTEXTO HITORICO
Antes de
pasar a exponer el pensamiento político de Cicerón creo conveniente describir,
aunque sea brevemente, las condiciones históricas en que vive el estadista;
pretendo con ello una mejor comprensión de la relación entre la elaboración
ciceroniana y la problemática social a la que pretende dar respuesta.
Es lógico
comenzar por la estructura económica, ya que ésta es el núcleo constituyente
del conjunto de las relaciones de clases en el que se desenvuelve la sociedad
romana.
REPUBLICA
El libro
está dividido formalmente en seis capítulos en donde se desarrollan las
siguientes ideas argumentales. El primer y segundo libro tiene como objeto la
defensa del hombre consagrado a la política. En el fondo es una crítica a la
concepción epicúrea basada en su hostilidad al patriotismo y a la vida del
hombre de estado. Cicerón trata de demostrar con su disertación en la
introducción al tema es la superioridad de la vida política sobre la teorética
al considerar la virtud como lo característico del ser humano, y la mejor
virtud la actividad dedicada a la política. Es, ésta, una diferencia clara
entre los pensadores griegos y los romanos: mientras que los primeros se
dedican con más ahínco a la investigación, de ahí su superioridad en el campo
teórico, los segundos se manifestaron maestros en los asuntos prácticos de la
vida. Más adelante y ya entrando en lo concreto aborda el concepto de República
y las distintas formas de gobierno, haciendo esta separación deliberadamente
para distinguir el Estado, y su función específica, esto es, la convivencia
social basada en la justicia, de las formas concretas de gestionar la propiedad
pública. Por último expone cuál debería ser la forma ideal de gobierno, y la
demostración de que se corresponde con el Estado romano, a través de un pequeño
resumen de su devenir histórico.
En el
tercer y cuarto libro investiga la necesidad de la justicia para todo Estado ya que sin
ella no hay República, siendo la razón el fundamento y guía de aquella.
El quinto
y sexto tratan sobre la educación en los jóvenes, la virtud y la recompensa,
así como del premio que debe recibir el trabajo que realiza el político
entregado a la República.
La
organización social
Cicerón
al igual que Aristóteles concibe al ser humano como un producto de la naturaleza
y de la sociedad. Entiende que lo característico del hombre, lo que lo distingue
de los animales, es su racionalidad, esto es, la capacidad para construir juicios,
y su sociabilidad, es decir, su capacidad para vivir en comunidad en virtud de
un bien común. El político romano es más explícito que el estagirita al admitir
que estas cualidades humanas proceden de la divinidad, siendo un don que es
transmitido por los dioses a través de la naturaleza. Este nexo tiene su
importancia en el pensamiento ciceroniano puesto que va a permitir tanto la
existencia del Derecho y de la Ley como su raíz natural y, en ningún
caso, convencional del Derecho y la Ley, conceptos en que se apoya la justicia.
Las formas
rectas de gobierno, son aquellas en que se gobierna con justicia:
- La Monárquica, la gestión del bien público recae en una sola persona.
- La Aristócrata, la gestión recae en ciertos ciudadanos seleccionados: los más virtuosos.
- La Democrática o Popular, la gestión debe ser asumida por la totalidad de los ciudadanos.
- Hay una cuarta forma como la más
recomendable de todas, que se constituye como una mezcla bien regulada de las
tres anteriores. Esta forma está compuesta de:
- que se conceda también poder a los ciudadanos preeminentes, y
- que se dejen ciertas cuestiones al juicio y a la voluntad del pueblo.
Las formas
desviadas, son aquellas en que el gobierno está por encima de la ley y el
derecho:
- La Tiránica, degeneración de la Monarquía.
- La Oligárquica, degeneración de la Aristocracia.
- La Anárquica, degeneración de la
Democracia.
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