jueves, 28 de marzo de 2013

APORTES DE CICERON




Marco Tulio Cicerón, en latín Marcus Tullius Cicero (pronunciado (Arpino, 3 de enero de 106 a. C. - Formia, 7 de diciembre de 43 a. C.) fue un jurista, político, filósofo, escritor y orador romano. Es considerado uno de los más grandes retóricos y estilistas de la prosa en latín de la República romana.

Reconocido universalmente como uno de los más importantes autores de la historia romana, es responsable de la introducción de las más célebres escuelas filosóficas helenas en la intelectualidad republicana, así como de la creación de un vocabulario filosófico en latín. Gran orador y reputado abogado, Cicerón centró- mayormente- su atención en su carrera política. Hoy en día es recordado por sus escritos de carácter humanista, filosófico y político. Sus cartas, la mayoría enviadas a Ático, alcanzaron un enorme reconocimiento en la literatura europea por la introducción de un depurado estilo epistolar. Cornelio Nepote destacó la riqueza ornamental de estas cartas, escritas «acerca de las inclinaciones de los líderes, los vicios de los comandantes y las revoluciones estatales», que transportaban al lector a esa época.

La lectura de De Republica nos va a permitir conocer de primera mano el pensamiento político de Cicerón como autor representativo del último período de la República romana

CONTEXTO HITORICO

Antes de pasar a exponer el pensamiento político de Cicerón creo conveniente describir, aunque sea brevemente, las condiciones históricas en que vive el estadista; pretendo con ello una mejor comprensión de la relación entre la elaboración ciceroniana y la problemática social a la que pretende dar respuesta.

Es lógico comenzar por la estructura económica, ya que ésta es el núcleo constituyente del conjunto de las relaciones de clases en el que se desenvuelve la sociedad romana.

REPUBLICA

El libro está dividido formalmente en seis capítulos en donde se desarrollan las siguientes ideas argumentales. El primer y segundo libro tiene como objeto la defensa del hombre consagrado a la política. En el fondo es una crítica a la concepción epicúrea basada en su hostilidad al patriotismo y a la vida del hombre de estado. Cicerón trata de demostrar con su disertación en la introducción al tema es la superioridad de la vida política sobre la teorética al considerar la virtud como lo característico del ser humano, y la mejor virtud la actividad dedicada a la política. Es, ésta, una diferencia clara entre los pensadores griegos y los romanos: mientras que los primeros se dedican con más ahínco a la investigación, de ahí su superioridad en el campo teórico, los segundos se manifestaron maestros en los asuntos prácticos de la vida. Más adelante y ya entrando en lo concreto aborda el concepto de República y las distintas formas de gobierno, haciendo esta separación deliberadamente para distinguir el Estado, y su función específica, esto es, la convivencia social basada en la justicia, de las formas concretas de gestionar la propiedad pública. Por último expone cuál debería ser la forma ideal de gobierno, y la demostración de que se corresponde con el Estado romano, a través de un pequeño resumen de su devenir histórico.

En el tercer y cuarto libro investiga la necesidad de la justicia para todo Estado ya que sin ella no hay República, siendo la razón el fundamento y guía de aquella.

El quinto y sexto tratan sobre la educación en los jóvenes, la virtud y la recompensa, así como del premio que debe recibir el trabajo que realiza el político entregado a la República.

La organización social

Cicerón al igual que Aristóteles concibe al ser humano como un producto de la naturaleza y de la sociedad. Entiende que lo característico del hombre, lo que lo distingue de los animales, es su racionalidad, esto es, la capacidad para construir juicios, y su sociabilidad, es decir, su capacidad para vivir en comunidad en virtud de un bien común. El político romano es más explícito que el estagirita al admitir que estas cualidades humanas proceden de la divinidad, siendo un don que es transmitido por los dioses a través de la naturaleza. Este nexo tiene su importancia en el pensamiento ciceroniano puesto que va a permitir tanto la existencia del Derecho y de la Ley como su raíz natural y, en ningún caso, convencional del Derecho y la Ley, conceptos en que se apoya la justicia.

Las formas de gobierno consideradas por Cicerón son seis, tres rectas y tres desviadas, aunque hay una séptima que es la mejor por ser la ideal, que consiste en la combinación armoniosa de las tres formas rectas.

Las formas rectas de gobierno, son aquellas en que se gobierna con justicia:

  • La Monárquica, la gestión del bien público recae en una sola persona.
  • La Aristócrata, la gestión recae en ciertos ciudadanos seleccionados: los más virtuosos.
  • La Democrática o Popular, la gestión debe ser asumida por la totalidad de los ciudadanos.
  • Hay una cuarta forma como la más recomendable de todas, que se constituye como una mezcla bien regulada de las tres anteriores. Esta forma está compuesta de:
                - un elemento supremo y regio;
                - que se conceda también poder a los ciudadanos preeminentes, y
                - que se dejen ciertas cuestiones al juicio y a la voluntad del pueblo.

Las formas desviadas, son aquellas en que el gobierno está por encima de la ley y el derecho:

  •  La Tiránica, degeneración de la Monarquía.
  •  La Oligárquica, degeneración de la Aristocracia.
  •  La Anárquica, degeneración de la Democracia.

 

 

 
 

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